Queremos presentaros a un superviviente con muchas ganas de vivir. Se llama Arnold y llegó al refugio el 18 de Diciembre de 2019. Era un miércoles normal hasta que a nuestra puerta llegó una chica con un perro entre los brazos. Acababa de encontrarse a un perro atropellado y ella no podía hacerse cargo del animal. En cuanto lo miramos supimos que Arnold no iba a entrar en el refugio en ese momento (ese día el veterinario no estaba allí), sino que inmediatamente nos lo llevamos de urgencias al veterinario más cercano. Tenía, literalmente, un ojo colgando, y en ese momento desconocíamos si tendría lesiones más graves. El camino al veterinario se hizo eterno ya que Arnold tenía el ojo derecho fuera de la cuenca ocular, estaba en shock y presentaba taquipnea (frecuencia respiratoria por encima de lo normal). Ni imaginamos el dolor que tenía que estar soportando. Una vez examinado por el veterinario, y por suerte para todos, la única lesión seria que presentaba era la de su ojo ya que no tenía nada roto. Desde ese día Arnold ha estado en una casa de acogida recuperándose y bajo supervisión veterinaria. Agradecemos a nuestra compañera Bárbara todo lo que está haciendo por él, ya que nada más verlo no dudo ni un segundo en meterlo en su coche y llevarlo rápidamente al veterinario más cercano. Ella también ha querido ser su casa de acogida y con ella Arnold está, poco a poco, preparándose para una futura vida en familia.

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