Tom fue el tercer podenco rescatado del infierno en Níjar, junto a sus hermanos Eli, Toby y Roni. Todos ellos llegaron al refugio el 14 de Diciembre de 2019 tras haber sido rescatados un mes antes. Es un perro que se vuelve loco de alegría cuando entras en su parcela y que tan solo quiere estar con gente. Tiene un color chocolate que lo distingue perfectamente del resto. Poco a poco ha ido adaptándose a la vida en el refugio, algo muy diferente a lo que había conocido hasta que llegó. Es cierto que el podenco es una de nuestras debilidades, junto a los galgos, las dos razas más explotadas y maltratadas en nuestro país. Ya es hora de que estos pequeños descubran todo lo bueno que el ser humano puede ofrecerles, que dejen de sentir miedo y que empiecen a confiar en nosotros. Tom, como el resto, necesita una familia.