La primera vez que Marco pisó el refugio lo hizo aún dentro de la barriga de su madre, Martina. Era Septiembre de 2016. Martina había llegado al refugio embarazada y el día 10 de ese mismo mes dio a luz a cuatro cachorros: Martín, Martirio, Mateo y Marco. Los dos primeros tuvieron la suerte de ser adoptados, al igual que su madre que desde entonces vive en Barcelona. A principios de 2019 Mateo falleció en el refugio, quedándose Marco totalmente solo. Siempre fue un perro miedoso, muy miedoso, y sobre todo huidizo. No quería saber nada de nadie, siempre mirando desde la lejanía de su parcela. Y para su desgracia nadie quiere adoptar a un perro así. Siempre que actualizábamos sus fotos dijimos lo mismo, que no teníamos tiempo para trabajar con Marco, para ir quitándole esos miedos que irremediablemente le iban a condenar a vivir en el refugio durante toda su vida.

Pero el pasado 20 de Diciembre de 2019 Em Stuart-Cook quiso ofrecerle ese tiempo y le tendió su mano llevándoselo de acogida. Y a su lado, Marco empezó a cambiar poco a poco. Los paseos que antes terminaban con Marco en brazos volviendo al refugio, ahora ya son otra cosa. Las correas que antes destrozaba ahora ya vuelven sanas y salvas. Las caricias que antes rehuía, ahora comienzan a ser aceptadas. Porque Marco tan solo necesitaba lo que necesitan todos: tiempo, paciencia y cariño.

En este vídeo seguramente muchos vais a ver a un perro normal haciendo cosas de perros normales, pero os podemos asegurar que todo eso que veréis no era normal en él hasta hace unos días. Su evolución está siendo alucinante y mientras Marco sigue mejorando necesitamos encontrarle una familia para siempre, que le entienda y que le pueda ofrecer esa paciencia que lleva años reclamando.

#UNAFAMILIAPARAMARCO