Hoy queremos mostraros este vídeo que fue grabado hace apenas unos días aunque sabemos que será casi imposible que sintáis lo que sintió la persona que lo grabó. Ella lleva años con nosotros, colaborando con el refugio y participando en cientos de rescates, y según sus propias palabras nunca había sentido esa sensación de ver a dos animales rendidos. Tumbadas en el suelo y enroscadas una sobre la otra. Cuando las vio se dirigía al refugio, ellas tumbadas al otro lado de la carretera. Nuestras instalaciones estaban a escasos 100 metros. Sacó todo lo que llevaba en el maletero de la furgoneta y volvió en sentido contrario, con la seguridad de que ambas ya se habrían ido. Se equivocaba. Las llamó a distancia para no asustarlas. No se movieron. No eran como la mayoría de los perros que nos encontramos, que a la mínima huyen y abandonan el lugar. Ellas no. Nuestra compañera sintió como si se hubieran rendido, como si ya estuvieran cansadas de caminar e incluso de vivir. Allí se habían tumbado y de alí no querían moverse, aunque desconocieran por completo si la persona que las estaba llamando tenía buenas o malas intenciones. Ya les daba igual.

Pero esta vez la fortuna les había sonreído. En el mismo lugar les dio de comer y de beber y esperó a que terminaran para intentar ponerles una correa a cada una. Generalmente ese paso es el más difícil. Ni se movieron. Ya en la furgoneta se dio de cuenta de ambas eran inseparables.

Por eso, y aunque casi nunca lo hacemos, esta vez y cuando puedan ser publicadas, buscaremos una ADOPCIÓN CONJUNTA para ellas. No tenemos derecho a separarlas porque juntas es como habían decidido su vida, y quien sabe si su muerte. Sabemos que las entradas están cerradas pero no podíamos dejarlas ahí a tan solo 100 metros de nuestras puertas.

#ADOPTA