5 de Octubre de 2018. Ese día, dentro de una caja bien atada con bridas, comenzó la vida de Hugo en nuestro refugio. No llegó sólo, junto a él venían Eva, Greta, Emy, Eterna y Oscar, sus hermanos. Apenas tenían unos meses de vida. Todos, uno por uno, han sido adoptados. Almería, Alemania y Suecia fueron sus destinos. Pero Hugo nunca tuvo suerte. Varias veces estuvo reservado pero al final ninguna de esas opciones salió adelante y las reservas se cayeron. Mientras tanto Hugo seguía creciendo en el refugio y demostrando que tras esa apariencia de perro juguetón y alegre, se esconde un perro que sufre por no encontrar una familia. Los que tratamos con él desde que llegó podemos asegurar que Hugo tiene magia, tiene algo especial, que nunca hemos sido capaces de que nadie vea. Es pasar un rato con él y darse cuenta de que Hugo no merece estar aquí. Bueno, cariñoso, obediente, juguetón, noble ... Mil adjetivos le podrían definir y todos serían buenos. No podemos permitir que Hugo siga aquí, no se lo merece.